domingo, 15 de febrero de 2009

JFK contra la reserva federal






El 4 de junio de 1963, un decreto Presidencial casi desconocido, el Decreto del Ejecutivo Nº 11110, fue firmado con la autoridad básicamente para despojar a los Banco de la Reserva Federal de su poder para prestar dinero con intereses al gobierno federal de los Estados Unidos. Con el golpe de una pluma el Presidente Kennedy declaró que el Banco de la Reserva Federal, poseído por privados estaría pronto fuera del negocio.

La organización Christian Law Fellowship ha investigado esta materia exhaustivamente a través de los Registros Federales y en la Biblioteca del Congreso. Podemos concluir con toda seguridad ahora que esta Orden del Ejecutivo nunca se ha derogado o enmendado por cualquier Orden del Ejecutivo subsiguiente. En condiciones simples, es aún válida.

Cuando Presidente John Fitzgerald Kennedy - el autor de "Profiles in Courage" - firmó esta Orden, devolvió al gobierno federal, específicamente al Departamento de Tesoro, el poder Constitucional para crear y emitir divisas - el dinero - sin pasar por el Banco de la Reserva Federal privadamente poseído. El decreto Ejecutivo del Presidente Kennedy Orden Nº 11110 [el texto completo está más abajo] dio la autoridad explícita al Departamento de Tesoro: "para emitir certificados de plata contra cualquier lingote de plata, o dólares en metal tanto de oro como de plata existentes en la Tesorería." Esto significa que por cada onza de plata en la bóveda de la Tesorería americana, el gobierno pudiera introducir el nuevo dinero en circulación basado físicamente en la plata en lingotes que estuviesen allí. Como resultado, más de $4 mil millones de dólares en billetes de Estados Unidos entraron en circulación en denominaciones de $2 y $5 dólares. Nunca circularon los billetes de Estados Unidos de $10 y $20 dólares que estaban impresos por el Departamento del Tesoro cuando Kennedy fue asesinado. Parece obvio que el Presidente Kennedy sabía que el dinero de la Reserva Federal usado como el pretendido dinero legal, era contrario a la Constitución de los Estados Unidos de América.

Los billetes de Estados Unidos "fueron emitidos como divisas libres de interés y deudas avaladas por las reservas de plata en la Tesorería americana. Comparamos un "billete (note) de la Reserva Federal" emitida por el privado Banco Central de los Estados Unidos (Banco de la Reserva Federal a/k/a Sistema de la Reserva Federal), con un "billete (note) de Estados Unidos" de la Tesorería americana emitida por la orden del ejecutivo del Presidente Kennedy. Ellos casi parecen iguales, excepto porque uno dice "Reserva Federal Note" en la parte superior mientras que el otro dice "Estados Unidos Note". Así mismo, el billete de la Reserva Federal tiene sello y el número de serie color verde mientras que el billete de Estados Unidos tiene un sello y el número de serie en rojo.

El Presidente Kennedy fue asesinado el 22 de noviembre de 1963 y los billetes de Estados Unidos que él había emitido se sacaron inmediatamente de circulación. Los billetes de la Reserva Federal continuaron sirviendo como el dinero legal de la nación. Según el Servicio Secreto de Estados Unidos, el 99% de todo el papel "moneda" americano que circula en 1999 son billetes de la Reserva Federales.

Kennedy sabía que si los billetes de Estados Unidos avalados en plata circulaban ampliamente, ellos eliminarían la demanda de billetes de la Reserva Federales. Ésta es una cuestión muy simple de economía. El USN (billete de EEUU) se avalaba en metal plata y el FRN (billete de la Reserva Federal) no estaba avalado con algo de un valor intrínsico. El decreto del ejecutivo 11110 podría haber impedido la deuda nacional creciente alcanzar el nivel actual (virtualmente se han creado casi $9 trillones de deuda federal desde 1963) si LBJ (Lyndon B. Johnson sucesor de Kennedy) o cualquiera de los posteriores presidentes le hubiesen dado curso. Esto habría permitido al Gobierno americano casi inmediatamente la capacidad de rembolsar su deuda sin ir a los Bancos de la Reserva Federal privada pagándoles intereses para crear "dinero". El Decreto 11110 le dio la habilidad al EE.UU., una vez más, de crear su propio dinero avalado en metal-plata y dominio del valor digno de algo.

De nuevo, según nuestra propia investigación, sólo cinco meses después de que Kennedy fue asesinado, ni un solo "Certificados de Plata" de la Serie 1958 fue emitido y los circulantes fueron rápidamente sacados de circulación. Quizás el asesinato de JFK fue una advertencia a todos los futuros presidentes de no interferir con el control de la Reserva Federal privada sobre la creación de dinero. Parece muy claro que el Presidente Kennedy desafió los "poderes existentes detrás de EE.UU. y la finanzas mundiales" detrás. Con verdadero coraje patriótico, JFK enfrentó audazmente los más exitosos vehículos que se han usado para manejar la deuda alguna vez:

1) la guerra (Vietnam); y,

2) la creación de dinero por un banco central en manos privadas.

Sus esfuerzos por tener todas las tropas americanas fuera de Vietnam en 1965 combinadas con el decreto del ejecutivo 11110 habrían destruido las ganancias y el control en manos del privado Banco de la Reserva Federal.



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Decreto del Ejecutivo 11110



ENMIENDA DEL DECRETO DEL EJECUTIVO NO. 10289 COMO ENMENDADO, RELACIONADO A CIERTAS FUNCIONES QUE AFECTAN EL DEPARTAMENTO DEL TESORO. En virtud de la autoridad investida en mí por la sección 301, título 3 del Código Estados Unidos, se ordena como sigue:



SECCIÓN 1. Decreto del ejecutivo No. 10289 del 19 de septiembre de 1951, como enmendado, se enmienda por la presente más allá - (a) agregando al final de párrafo 1 el sub-inciso siguiente (j): "(j) La autoridad investida en el Presidente por el párrafo (b) de la Sección 43 del Acta del 12 de mayo de 1933, como enmendado (31 U.S.C. 821 (b)), para emitir certificados de plata contra lingotes de plata, metal plata, o los dólares estándar de plata existentes en la Tesorería no retenidos para el rescate de cualquier certificado de plata excepcional, para prescribir denominaciones de tales certificados de plata y acuñar dólares normales de plata dinero de plata subsidiario para su rescate, y (b) revocando los sub incisos (b) y (c) del párrafo 2 del mismo. SECCIÓN 2. La enmendadura hecha por este Decreto, no afectará cualquier acta hecho o cualquier derecho que aumenta o aumentó o cualquier pleito o procedimiento que tenían o comenzaron en cualquier causa civil o criminal anterior a la fecha de este Decreto pero tales obligaciones todas, continuarán y pueden aplicarse como si las enmiendas no hubieses sido realizadas.



JOHN F. KENNEDY

THE WHITE HOUSE,

El 4 de junio de 1963





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Una vez más, el DECRETO Nº11110 todavía es válido. Según el Título 3, Código de Estados Unidos, Sección 301 datado el 26 de enero de 1998:

Decreto del Ejecutivo (EO) 10289 datado. 17de Sep, 1951, 16 F.R. 9499, fue enmendada por:

EO 10583, datado el 18 de diciembre de 1954, 19 F.R. 8725;

EO 10882 datado el 18 de julio de 1960, 25 F.R. 6869;

EO 11110 datado el 4 de junio de 1963, 28 F.R. 5605;

EO 11825 datado el 31 de diciembre de 1974, 40 F.R. 1003;

EO 12608 datado el 9 de septiembre de 1987, 52 F.R. 34617

Las enmendaduras de 1974 y 1987, agregadas después de la enmendadura de Kennedy de 1963, no cambiaron o alteraron parte del EO 11110 de Kennedy. Una búsqueda de los decretos del ejecutivo y Directivas presidenciales de Clinton de 1998 y 1999 no han mostrado ninguna referencia a cualquier alteración, suspensión o cambios al EO 11110.

El Banco de la Reserva Federal, también conocido como el Sistema de la Reserva Federal, es una Corporación Privada. Black's Law Dictionary define el "Sistema de la Reserva Federal" como: "La red de doce bancos centrales a la que pertenece la mayoría de los bancos nacionales y a la cual bancos estatales alquilados pueden pertenecer. Las reglas de los miembros requieren inversión en acciones y reservas mínimas". Los bancos privados poseen las acciones del SRF (Sistema de la Reserva Federal) . Esto se explicó en más detalles en el caso de Lewis vs Estados Unidos, Reporte Federal, 2da Serie, Vol. 680, Páginas 1239, 1241 (1982), dónde la corte dijo: "Cada Banco de la Reserva Federal es una corporación separada poseída por bancos comerciales en su región. Los bancos comerciales con tenencia de acciones elijen dos terceros partes de los nueve miembros de la Junta Directiva de cada Banco.

Los Bancos de la Reserva Federales son controlados localmente por sus bancos miembros. Una vez más, según el Black´s Laws Dictionary, encontramos que estos bancos privados emiten actualmente dinero:

"Ley del Acta de la Reserva Federal la cual creó Bancos de la Reserva Federales que actúan como agentes en mantener las reservas de dinero, emitiendo dinero en forma de billetes (notes), prestar dinero en forma de billetes bancarios y dirigir los bancos. Administrado por la Junta de la Reserva Federal (q.v.)".

Los Bancos de la Reserva Federal poseída por privados (FED) actualmente emiten (crean) el "dinero" que nosotros usamos. En 1964, el Comité de la Cámara en Bancos y dinero, el Subcomité en Finanzas Domésticas (hacienda), en la segunda sesión del 88vo Congreso, publicó un estudio titulado "Money Facts" que contienen una buena descripción de lo que FED es.: "La Reserva Federal es una lucrativa máquina total. Puede emitir dinero o cheques. Y nunca tiene problemas para convertir sus cheques porque puede obtener los billetes necesarios de $5 y $10 dólares para cubrir sus cheques, simplemente pidiéndole a la Oficina de grabarlos para imprimirlos."

Cualquier persona o cualquiera grupo estrechamente unido que tiene mucho dinero, tiene mucho poder. Ahora imagine un grupo de personas que tienen el poder para crear el dinero. Imaginen el poder que estas personas tendrían. ¡Esto es exactamente lo que el Sistema de la Reserva Federal es.

Ningún hombre hizo más para demostrar el poder de FED que Louis T. McFadden que fue el Presidente del Comité Bancario de la Cámara en los años treinta. Describiendo el FED, comentó en los Registros Del congreso, páginas de la Cámara 1295 y 1296 el 10 de junio de 1932:

"Sr. Chairman, nosotros tenemos en este país una de las instituciones más corruptas que el mundo ha conocido alguna vez. Me refiero a la Junta de la Reserva Federal y a los Bancos de la Reserva Federales. La Junta de la Reserva Federal, una Junta Gubernamental, ha estafado al Gobierno de los Estados Unidos y a los ciudadanos de los Estados Unidos con el dinero suficiente para pagar la deuda nacional. Las depredaciones y las iniquidades de la Junta de la Reserva Federal y los Bancos de la Reserva Federales que actúan juntos, han costado a este país bastante dinero como para pagar varias veces la la totalidad de la deuda nacional. Esta perversa institución ha empobrecido y arruinado al pueblo de los Estados Unidos; se ha arruinado a si mismo y ha prácticamente arruinado a nuestro Gobierno. Ha hecho esto a través de la administración deshonesta de esa ley por la que la Junta de la Reserva Federal fue creada y a través de las prácticas corruptas de los buitres adinerados que la controlan."

Algunas personas piensan que los Bancos de la Reserva Federales son instituciones Gubernamentales de Estados Unidos. Ello no son instituciones, departamentos, o agencias Gubernamentales. Ellos son monopolios privados de crédito que rapiñan del pueblo de los Estados Unidos para el beneficio de ellos mismos y sus socios extranjeros. Estos 12 monopolios privados del crédito fueron falsamente asentados en este país por banqueros que vinieron hasta aquí desde Europa y quienes pagaron nuestra hospitalidad minando nuestras instituciones americanas.

La Reserva Federal trabaja básicamente así: El gobierno otorgó su poder para crear el dinero a los bancos de la RF. Ellos crean el dinero, luego lo prestan al gobierno cargando intereses. El gobierno recauda impuestos sobre los ingresos para pagar los intereses de la deuda. En este punto, es interesante notar que el Acta de la Reserva Federal y la decimosexta enmendadura que dieron el poder al congreso para recaudar impuestos por los ingresos fueron aprobados ambos en 1913. El increíble poder de FED sobre la economía se admite universalmente. Algunas personas, sobre todo en las comunidades bancarias y académicas incluso lo apoyan. Por otra parte, existen aquéllos, como el Presidente John Fitzgerald Kennedy que ha hablado contra él. Sus esfuerzos fueron escritos por Jim Marrs en su libro "Fuego cruzado" en 1990"

Otro aspecto, pasado por alto, del esfuerzo de Kennedy por reformar la sociedad americana involucra el dinero. Kennedy al parecer razonó que el retorno a la constitución, donde esta estatuido que solo el Congreso acuñará y regulará el dinero, la creciente deuda nacional podría reducirse por el no pago de intereses a los banqueros del Sistema de la Reserva Federal que imprimen el papel moneda y luego lo prestan al gobierno con intereses. Él entró en esta área el 4 de junio de 1963, firmando el Decreto del Ejecutivo (EO) 11110 el cual requirió la emisión de $4,292,893,815 dólares en billetes de Estados Unidos a través de la Tesorería americana en lugar del Sistema de la Reserva Federal tradicional. Ese mismo día, Kennedy firmó un decreto que cambia el aval de los billetes de un y dos dólares de plata a oro, agregando fuerza al debilitado dinero americano.

El interventor del dinero de Kennedy, James J. Saxon, había estado en desacuerdo con la poderosa Junta de la Reserva Federal durante algún tiempo, animando inversiones y poderes más amplios para bancos que no eran parte del sistema de la Reserva Federal. Saxon también había decidido que los bancos que no pertenecía a la reserva pudieran suscribir obligaciones generales locales y estatales, debilitando nuevamente el poder dominante de los "Bancos de la Reserva Federal.

En un comentario hecho a una clase de la Universidad de Columbia el 12 de Nov. de 1963, diez días antes de su asesinato, el Presidente John Fitzgerald Kennedy dijo según se alega,:

"La gran oficina del Presidente ha sido usada para fomentar un complot para destruir la libertad americana y antes de que yo deje esa oficina, debo informar al pueblo de esta situación."

En esta materia, John Fitzgerald Kennedy parece ser el asunto de su propio libro... un verdadero "Perfil de Coraje".



Traducido por Animalweb

14/09/2002

Los grandes herederos lo comparten todo



En España no sólo manda un ciudadano de León apellidado Rodríguez Zapatero. Ni mucho menos. En este país quienes mandan de verdad son los hijos y herederos del Gran Poder. Casi un centenar de personajes, bien formados por sus progenitores, y sobradamente ambiciosos que han tomado el timón de los multimillonarios negocios familiares.

Auténticas e históricas fortunas, emporios y negocios que de generación en generación pasan a ser gestionados por un muy reducido grupo de elegidos en el olimpo de los potentados.

El círculo se estrecha en torno a una cultura común a todos ellos. Comparten amistades, han estudiado en los mismos colegios, tienen los mismos valores, sus ambiciones son parecidas y se casan entre ellos. Es un círculo endogámico. Son los hijos de Cortina, Koplowitz, Domecq, Botín, March, Polanco, Valls Taberner, Abelló, Martínez Bordiú, Ortega, Entrecanales… que ya dirigen bancos, constructoras, inmobiliarias, emporios editoriales, explotaciones agrícolas, bodegas, ganaderías, etc. Conforman grandes patrimonios que se pierden en una maraña de sociedades interpuestas, en incalculables tesoros artísticos y en fundaciones sin ánimo de lucro que esconden un imperio económico.


Sinónimo de riqueza

Pronunciar sus nombres y apellidos es sinónimo de riqueza, de influencia, de abultadas cuentas que año tras año conocemos gracias a la selecta lista de los más ricos del mundo que acaba de publicar la revista americana Forbes, donde sus progenitores han abierto brecha y en la que estos jóvenes cachorros ya empiezan a competir.

El retrato robot de este casi centenar de herederos con pedigrí es bien sencillo de perfilar: tienen entre 25 y 45 años, casi todos son licenciados en Económicas y Empresariales, han estudiado en los mejores colegios y universidades privadas y cuentan con al menos un máster en su bagaje. Y, casi siempre, han tenido un rodaje profesional previo en prestigiosas empresas norteamericanas para luego desembarcar en los negocios familiares una vez adquirida, presuntamente, la experiencia necesaria.

Sus gustos también son muy similares: van a los mismos lugares de copas, comen en los mismos restaurantes, compran la ropa en las mismas tiendas, viajan a los mismos destinos turísticos, se construyen sus mansiones en las mismas urbanizaciones, asisten juntos a las mismas concentraciones cinegéticas, pertenecen al mismo círculo de amistades y, en definitiva, configuran un clan impenetrable de ricos por derecho consanguíneo. Han tenido la suerte de nacer en familias adineradas o con rancio abolengo, empresarial o nobiliario.




Juntos también al matrimonio

A veces el dinero y el poder se unen con la aristocracia mediante matrimonios. Es la fórmula más sencilla de mantener esta elite económico-social con influencias y títulos nobiliarios. No obstante, en ocasiones su llegada a la cúspide de las grandes empresas familiares no está exenta de fratricidas luchas internas, porque son contados los puestos de alta jerarquía a repartir y muchos los candidatos que optan a ellos. Todos están muy bien preparados y sus ambiciones -como las de sus padres- no tienen límite y nunca están colmadas.

Son pocos los elegidos en este olimpo de ricos potentados, aunque a la sombra -porque no les ha quedado otro remedio- permanecen hermanos y sobrinos del patriarca, como los Polanco. Hay algunas sagas, como los Botín, que han elaborado cuidadosos protocolos familiares y estatutos en sus empresas para evitar espectáculos mediáticos que manchen el buen nombre de sus negocios.

En cambio, algunos no han encontrado recambio en sus hijos y deambulan desesperados, como Juan Abelló. Para ellos siempre fueron su esperanza y recambio empresarial. Esta falta de recambio ha obligado a que otros hayan tomado el relevo sin pertenecer a la misma sangre de estas dinastías de gran tradición en el mundo financiero, como los Valls Taberner.



El peso del apellido

Pero muchos son los que a la sombra o al amparo de un apellido influyente, el de Borbón, han conseguido también figurar sin limitación, sin apenas formación y con el único mérito de pertenecer al entorno familiar o de allegados de la Casa Real española. Una etiqueta con la que conseguir pingües beneficios, como Iñaki Urdangarín. En este mismo terreno se mueve la saga de los descendientes de Francisco Franco, los Martínez-Bordiú Franco, que sin estar en primera línea informativa -a excepción de la nietísima, Carmen Martínez Bordiú y de su hijo Luis Alfonso de Borbón- han continuado, sin tregua, añadiendo ceros a su abultado patrimonio.

Aunque para fortuna y extensísimo patrimonio figuran en primer lugar los herederos de la Casa de Alba que entre tanto devaneo sentimental supieron poner orden en sus negocios. O más bien otros se lo pusieron, porque todos los méritos de su éxito empresarial los tiene su padrastro, el ya desaparecido Jesús Aguirre.

Es ahora Carlos Martínez de Irujo, duque de Huéscar, quien acaba de romper su relación sentimental con otra grande como es Alicia Koplowitz, quien gestiona las cuentas familiares. Algún día, cuando Cayetana Fitz James de Stuart muera será el momento de repartir y entonces ya habrá tiempo para las luchas y desavenencias económicas familiares. De momento, los únicos problemas entre los herederos son los de alcoba.


Ambiciones

También reveladoras de sus ambiciones son las posiciones empresariales que han tomado los seis hijos -tres varones y tres mujeres- de los matrimonios de Alberto Cortina y Alberto Alcocer con las hermanas Alicia y Esther Koplowitz. En casa han tenido muy buena escuela: sus deseos de triunfo y de hacer dinero les convierte en auténticos artesanos financieros.

Otra familia, que parecía haber perdido fuelle económico pero que está de nuevo en lo más alto, es la de José María Ruiz Mateos. Sus 13 hijos están volcados de pleno -aunque desde un plano más discreto- en sus importantes negocios bodegueros, alimenticios e inmobiliarios del nuevo holding de la abeja, la Nueva Rumasa.

Otra clásica familia andaluza de empaque y solera es la que conforma la Casa de Medinaceli. Los innumerables problemas judiciales del anterior duque de Feria pusieron en jaque a todos los integrantes de esta dinastía, que ahora tiene en los hermanos Rafael y Luis Medina Abascal -hijos del desparecido Rafael Medina y Nati Abascal- a sus mayores representantes públicos y referentes de su antecesor, el Gran Capitán. Dos nuevas caras que han dado más frescura a la devaluada Casa de Medinaceli.


Amargo destino

Pero quienes están unidos en el triste destino son los Valls Taberner y los descendientes de Juan Abelló. Los primeros han salido del Banco Popular sin poder colocar en la cúspide de la entidad a ninguno de los dos descendientes que optaban a tan codiciado puesto. Ni Cristina ni su hermano Javier supieron o pudieron dar el paso definitivo para gobernar la institución bancaria más saneada de Europa.

Tampoco a Juan Abelló se lo están poniendo fácil sus cuatro vástagos, aunque alguno ya asume poderes en su Vasto imperio financiero. Pero Juan Abelló sigue confiando en la ruleta de la fortuna que sigue dando vueltas y que para el caso de los poderosos siempre se detiene en el mismo punto.

sábado, 14 de febrero de 2009

El representante de la casa de piensos compuestos (odiando la modernidad)



El representante de una casa de piensos compuestos visitó en cierta ocasión a mi amigo Basilio. Interesado en “ganárselo” cono cliente, se atrevió a irrumpir en su choza. Dicen que salió al instante, con cualquier excusa, y vomitó a un par de metros de la fachada... Lo que este hombre vio en la chabola, y sus delicados intestinos no pudieron soportar, se ha convertido en un cliché que todo el mundo evoca cuando se habla de Basilio. No cabe dudar de la veracidad del relato, pues yo mismo he contemplado -a través del vano que, entreabierta, deja su puerta por las noches- escenas semejantes. Sólo que yo no vomito por ello. A mí lo que me revolvería el estómago sería la visión del representante de la casa comercial, con su estúpida sonrisa de cazador que avizora un pieza cosida a sueldo en los labios y esa corbata de ahorcar el propio sentido estético pendiendo del cuello como un babero. Cuentan que cuando este fantochito entró en la choza, Basilio estaba a medio cenar. Una oveja recién desollada colgaba de un clavo en un extremo de la chimenea. Aún sangraba, por la boca. Basilio tenía sobre un cartón, a falta de plato, encima del poyo de sacrificar que hacía de mesa, un pedazo de carne asado directamente al fuego, con cenizas incrustadas. A su lado, los perros devoraban las entrañas del animal, con predilección por unos hígados verdosos y llenos de piedras. Molesto, el zumbido de las moscas acompasaba el jadeo de los canes, en una atmósfera saturada por la peste de las vísceras reventadas y el olor a lana y estiércol de todos los pastores de la zona. Como el suelo de la casa de Basilio sigue siendo de tierra, y ese día había llovido, el representante sintió además cómo se enfangaban sus zapatos, salpicados de barro y sangre y encolados de paja húmeda. Basilio escuchó lo que aquel hombre tenía que decirle, sin interrumpir por ello su cena. Comía con las manos, mordiendo un poco salvajemente. Cuando el representante terminó de revelarle, esta vez improvisando un resumen, sus consabidas intenciones, inminente ya la vomitera, Basilio le respondió, con la boca llena de carnuza ensalivada, que a sus ovejas no se les echaba “mierda de ésa, hecha a base de química y Dios sabe qué”. El hombre de la sonrisa fósil y de la corbata ritual, más que marcharse, huyó de la cabaña... Dejó a un par de pasos de la puerta un vómito de martini con aceitunas. Más tarde, los perros de Basilio degustarían medio incrédulos, y a modo de inesperado postre, un tan mundano aperitivo...




El marco de la escena resulta fácil de imaginar. Arrediladas las ovejas, mi amigo se vio en la necesidad de “arreglar” para su consumo un ejemplar enfermo, ardua tarea en la que se demoraría un buen rato. Por lo avanzado de la hora, mermadas sus fuerzas después de una jornada particularmente larga, debió sentir contumaz el aguijón del hambre. El representante esperó a que anocheciera para efectuar su visita, sabedor de que los pastores encierran tarde el ganado. En casa de Jacinta, que funciona como bar, se tomó el martini y las aceitunas, haciendo tiempo. Basilio detesta los piensos compuestos. Y no suele fiarse de los vendedores, sobre todo si se le presentan risueños y encorbatados. Por añadidura, no acostumbra a recibir a nadie con la carne caliente encima de la mesa. Habla poco: lo justo. Y va al grano.

Yo no descubro nada extraordinario en el comportamiento de Basilio aquella noche. Y no hallo justificación para que el incidente se rememore con un morbo especial cada vez que se desea denigrar a su protagonista. Como todos los ganaderos, Basilio sacrifica para su alimentación los animales que dejan de ser productivos, ya por vejez, ya por afección. Siempre come junto a sus compañeros, los perros, lo mismo en el campo que en la casa. Poco amigo de los guisos, cocina al fuego de la chimenea. Al igual que en la sierra, asa la carne sobre las cenizas, directamente. Si no usa cubiertos en la montaña, ¿por qué habría de hacerlo en otra parte? Dispone de mejores herramientas: las manos y un cuchillo al cinto. No le gusta que se enfríen las viandas, y no tiene reparo en hablar con la boca llena. De la limpieza de su vivienda y de lo higiénico de sus hábitos sólo debe responder ante su propia salud. Y así como otros pueden permitirse no limpiar porque pagan a una sirvienta por ese menester, Basilio se complace en no hacerlo porque la suciedad no le afecta. No enferma por el barro; no enferma por la sangre, la paja, las vísceras, los perros, las pulgas, el estiércol; no enferma por tragar ceniza, por respirar amoníaco, por desollar animales muertos. Por tanto, vive en las condiciones higiénicas y sanitarias suficientes para preservar su salud. ¿Dónde está el problema?

Tampoco vislumbro qué es lo que escandalizó al representante, acostumbrado a cenar, muy probablemente, con el televisor en marcha, viendo los espacios informativos, con sus imágenes de hombres muertos por la locura de otros hombres, asesinados en realidad por la “lógica” de la economía; niños hambrientos, con sus vientres horriblemente hinchados, por culpa de cómo se organizan y explotan los adultos; epidemias que deforman los órganos hasta hacerlos irreconocibles, y que se ceban en esos países del Sur que sostienen el bienestar del Norte, incluido su propio acomodo de agente comercial; crímenes de arma blanca, violaciones de menores, bebés torturados por sus padres, parricidios...; monstruosidades, todas, dictadas por la “necesidad” o por un extravío homicida que forma parte de la racionalidad de este mundo. No entiendo qué impresionó tanto al fantochito, cómplice, partícipe y beneficiario del horror del planeta; quien, posiblemente, y para más inri, habrá regalado a su mujer, alguna vez, la piel de un animal magnífico, repugnantemente desollado; que comerá cordero, con sus amigos, sin reparar en la violencia carnicera, en la crueldad metódica y desavisada, que sus preferencias gastronómicas exigen de tipos como Basilio, condición sanguinaria de su deleite; olerá a orín de gato, fijador de sus perfumes; y tendrá en su hogar el grado de limpieza adecuado para que no peligre su salud, como la mayor parte de los pastores. No debería desagradarle ver a un hombre comer con las manos si, como intuyo, gusta de “mojar” en sus caldos y sigue la costumbre mediterránea de la ensalada común, en la que todos los comensales “enjuagan” sus tenedores, recién salidos de sus bocas, jóvenes o viejas, limpias o sucias, con caries o no, malolientes de tabaco o apenas sí desocupadas de una felación...
Me temo, incluso, que lo que el representante no pudo soportar de Basilio fue más bien su naturalidad y su franqueza; su ausencia radical de afeite, pose, disfraz, de todo eso que se denomina “buena educación”; lo espontáneo de sus modales; la falta de artificio en que vive; su gusto por lo primario, lo sencillo, lo elemental; su forma de ser hombre al desnudo, sólo-hombre, el animal que llamamos “hombre”. No soportó que Basilio comiera con las manos, el instrumento más precioso de que disponemos, ya que él habrá malgastado el tiempo, despilfarrando energías, en aprender a comer incómodamente, con la prótesis de los cubiertos; no soportó que mi amigo mordiera con fuerza, clavando sus afilados dientes en la carne, porque él tendrá la dentadura perdida, floja de empastes y postizos; no soportó que el pastor continuara cenando en su presencia, con fruición y para que no se le enfriara el asado, porque él habrá descabalado muchas comidas atendiendo “educadamente” a esos amigos que llegan a deshoras; no soportó aprehender de un vistazo todo el proceso de la carne desangrada, separada de la piel, troceada y cocinada, al que siempre cerró los ojos a pesar de su condición carnívora, por la refinada mojigatería de su sensibilidad. Habituado a pagar por la adquisición de pestes que se venden como perfumes, a respirar en el parque los gases de la ciudad como si inhalara saludable aire puro, a consumir basura en lata, en bolsa, alimentos tratados, congelados, kilos de conservantes, saborizantes, estabilizantes, etc., creyendo cuidar así su dieta, no soportó el olor de lo orgánico, olor natural, biológico, el aroma de la carne fresca, todavía secándose, y la visión sin tapujos de un manjar en su cruda obscenidad. No soportó toparse con un hombre de criterio sólido, difícil de embaucar, sincero hasta la atrocidad, él, veleta de las ideas, esclavo de las modas, fascinable, hipócrita de afición y de oficio. No soportó toparse con un compendio de verdadera humanidad, ser inmune a la engañifa, felizmente desesperado.

... ... ...

Uno de los rasgos definitorios de lo que se ha dado en llamar “Civilización Occidental” estriba en su pretensión de aniquilar toda diferencia. Cultura soberbia, arrogante, solipsista, nunca ha tolerado la cercanía de lo distinto, nunca ha perseguido la convivencia con lo extraño. Su terrible pasión homogeneizadora se proyecta hacia el exterior bajo la forma del genocidio y del imperialismo cultural. Pero también se desboca hacia el interior, segregando o enclaustrando al portador de la diferencia existencial. En ambos casos, usa como policía y verdugo a su Razón, situándola fuera del tiempo, al margen de la historia, por encima de las diferentes formaciones sociales y culturales. Las relaciones de Occidente con el mundo musulmán ilustran ese complejo de superioridad, ese fanatismo ideológico, ese dogmatismo criminal en el que se disuelve toda posibilidad de una comprensión de Lo Otro, toda eventualidad de un acercamiento respetuoso a Lo Diferente. Hacia el interior, el ámbito cartesiano del manicomio y el dominio etéreo de la esquizofrenia recogen a las víctimas de la “normalización”, seres supuestamente privados de razón por inasimilables, enfermos por diferentes. Es tal su odio hacia la alteridad, su manía igualadora, que, en nombre de esa uniformidad absoluta de la subjetividad y de los comportamientos (objetivo histórico de la Razón moderna), nuestra Civilización se hace profundamente hostil a toda idea de tolerancia. Comprensión, coexistencia y tolerancia son conceptos que sólo puede esgrimir demagógicamente. Lo suyo es ignorar, imponer, exterminar. El representante de la casa de piensos compuestos encarna de algún modo esa inflexibilidad y ese ensimismamiento de nuestra cultura. Hombre “razonable”, jamás comprenderá a Basilio; engreído, se burlará de él; peligroso, cerraría filas por un mundo en el que ya no quedaran seres así. Basilio, por su parte, aparece hoy como un hombre marginal, con cierto aspecto de residuo, aferrado a una “diferencia” demasiado poderosa, a una idiosincrasia resplandeciente, altiva, inquietante. Miembro de la misma civilización que el representante, las circunstancias de su vida y alguna oscura determinación de su carácter lo han hecho menos permeable a la cháchara racionalista de nuestro tiempo. Como no se expuso al trabajo homologador de los aparatos del Estado, a la eficacia socializadora de las instituciones y de los medios de comunicación, mantuvo hasta el final a salvo un rescoldo de ese “animal sencillo” que somos al nacer. Dotado de una inteligencia inaprehensible, jamás se entregó al juego proselitista de las ideologías. A su lado, el representante comercial, “hombre culto” (embutido de modernidad, calado hasta los huesos de educación), “hombre económico” (ávido de poseer), “hombre político” (dominable), “hombre civilizado” (gris, anodino, hecho en serie, imitador imitable), se nos antoja, simplemente, una caricatura de ser humano, engendro de la intransigencia, represor reprimido, fantochito. Porque somos como él, nos reímos de Basilio. Vomitaríamos a la puerta de su casa.

También aquí se hace patente nuestra embriaguez de esperanza. Productos de nuestra cultura, encarnaciones de la civilización dominante en el planeta, hemos depositado en ella la esperanza que nuestro estrecho horizonte existencial no admite. Esperamos de la Razón la forja de un mundo pacífico, sin darnos cuenta de que el mundo de la Razón es éste, el de hoy mismo, violento, sanguinario, cruel. Esperamos de nuestra Ciencia la difusión en la Tierra del conocimiento e incluso del bienestar, sin querer admitir la barbarie intrínseca de nuestro saber y el fondo de penuria ajena, de explotación del más débil y miseria de la mayoría, sobre el que descansa nuestro acomodo. Esperamos que algún día todos sean como nosotros, porque así ya nadie podrá señalarnos como los peores de entre los hombres, sanguijuelas desangrando al resto de la especie humana, Norte rapaz. Formando todos parte de lo “indistinto”, universalizada nuestra iniquidad, nada quedará por fin de la debilísima, si bien enojosa, conciencia occidental de culpa.

Por el terror que sentimos ante la mera insinuación de que estamos equivocado y es preciso “cambiar”, esperamos que cambien los demás y dejamos que nuestros sabios y educadores imputen siempre el error al otro. Para no sospecharnos parásitos, usurpadores, criminales; para no reconocernos vacíos, desalmados; para romper todos los espejos en que nuestra procacidad aún pudiera reflejarse, mitificamos nuestra Civilización, le asignamos un destino planetario y la embadurnamos de esperanza. Ya que no cabe esperar nada de nosotros, de cada uno de nosotros, como individuos, lo esperamos todo de nuestra Razón, de nuestra Cultura, de todos nosotros juntos en la misma lata de mentiras. Incrédulo y desesperado, Basilio mira hacia otra parte. Hombre de la esperanza prostituta, el representante se mofa de él... Más fuerte que el fantochito, nuestro campesino pudo soportar la cercanía de tanta estupidez, tanto teatro, tanta falsedad, y seguir cenando. El fantasma de la corbata vomitó por otear la inteligencia primitiva, la realidad que acusa, el desenmascaramiento silencioso.

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Roberto perdió la esperanza en los estudios, y dejó de acudir al Instituto. Hasta ese día había sido un alumno “ejemplar”. Perdió la esperanza en el trabajo, y dejó de buscar patrones. Hasta entonces, trabajaba duro para ayudar en casa. Perdió la esperanza en la masculinidad, y se declaró bisexual. Siempre se lo habían disputado las chicas. Perdió la esperanza en la familia, y dejó de ser el “buen hijo” de antaño. Perdió la esperanza en el dinero, y empezó a hacerse la ropa con sus propias manos, a vivir con menos que poco. Siempre se había dicho de él, hasta ese instante, que sabía ahorrar y sabía gastar. Perdió la esperanza en la moda, en los aspecto aceptables, y se cortó el pelo al cero, pintándose la cabeza de tres colores. Nada quedó de su inveterada elegancia. Perdió la esperanza en la amistad, y se encerró en su habitación para dibujar y escribir canciones sin destino. La multitud de sus amigos jugó a alarmarse y a querer “socorrerle”. Perdió la esperanza en mí, a quien desde niño había procurado imitar, y me definió mejor que nadie en el mundo: “Eres el hombre de la cuadrícula interior”. Perdió la esperanza en la Razón, y fue sincero, franco, fresco, espontáneo. Se dijo que lo que había perdido era la Razón misma. Sin perder las esperanzas, sus padres lo internaron en un centro psiquiátrico el día de Navidad... Roto, deshecho, quebrado, se esconde hoy en su cuarto con el aspecto de antes de la desesperación.

Desesperar aboca a la diferencia; y ante ella nuestra Cultura afila de inmediato la navaja. En este mundo marginal de la alta montaña, donde las singularidades ni entusiasman ni enojan, Basilio aún puede defenderse. Roberto, muy cerca del ojo del huracán de nuestra civilización, sucumbió. Desesperar no sólo es difícil: arrostra a su vez un peligro inmenso.

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Yo, que soy un hombre pacífico, siento por los fantochitos algo que me acerca mucho a la violencia. Lo siento por la mayor parte de nosotros. ¡Qué cerca estoy de la violencia! Veo un fantoche en cada hombre moderno. En casi todos nosotros, y no en Basilio.


Pedro García Olivo – La Haine

miércoles, 4 de febrero de 2009

El largo verano

Las mayores guerras del futuro serán por el agua.

anticomunistas


American Security Council Foundation.

Artículo de Thierry Meyssan

Inflación, petróleo y dinero en tiempos de crisis.



Autor: physis

Para poder exponer algo sobre la inflación primero se debe hablar un poco del dinero. A continuación expondremos la estrecha relación que éste guarda con el petróleo hoy en día, advirtiendo que la crisis energética provocada por el cenit de producción del petróleo podría estallar en primera instancia como una crisis financiera global.

El dinero surge para eliminar ciertas dificultades engorrosas que aparecían en el truque, pues si uno deseaba una olla y sólo tenía pollos, por poner un ejemplo tonto, necesitaba encontrar no un vendedor de ollas, sino un vendedor de ollas que quisiera pollos. La solución apareció cuando las personas se pusieron de acuerdo para intercambiar los bienes mediante un elemento que fuera neutro frente a los productos y que sirviera para hacer 'trueque' con cualquier bien con independencia de las necesidades perentorias del vendedor y el comprador. Esto es la moneda y es así como aparece el dinero y el sistema bancario que lo permite hace ya miles de años, aún con formas y métodos muy distintos a los actuales.

La masa monetaria, en consecuencia, debe guardar una estrecha relación con los bienes que deben intercambiarse. En un principio, debe darse un precario equilibrio de modo que ni falte ni sobre dinero. Éste es el hecho básico que da utilidad a la moneda y le hace ser lo que es, un equivalente justo de intercambio. Pero los problemas aparecen cuando la cantidad de moneda aumenta a mayor velocidad que la producción de bienes que se intercambian. Esto es algo que ha sucedido cuando el gobierno de turno en cada momento histórico ha considerado que se podía manipular el dinero creándolo de la nada, sin respaldo en un incremento parejo de riqueza material.

Cuando sucede esto el estado se comporta como un estafador cuando imprime billetes falsos y los pone en circulación. La diferencia fundamental es que el estafador no tiene derecho legal alguno para imprimir billetes y el gobierno sí que se ha dado a sí mismo esa facultad. Es decir, el estado comete un fraude contra la riqueza y el trabajo de las personas que representa. A este fraude no tipificado en ley alguna es lo que los economistas llaman inflación. Bueno, en realidad le asignan otra definición. Pero espero aclarar que la correcta es esta y no la que suelen dar los economistas al uso.



También podríamos definir la inflación como el impuesto más sibilino y sutil que gobierno alguno inventó. Pues se introduce sin aprobarse en la corte o el parlamento y, lo que es peor, sin que se avise al ciudadano de que lo va a pagar.

Explicaremos este siniestro fraude con un ejemplo para que el lector entienda cómo puede ser que su patrimonio se evapore día a día sin darse cuenta, terminando liquidado en parte o en su totalidad allí donde el estado quiere que se derive. Pido disculpas de ante mano a los funcionarios, pues mi intención no va más allá del ejemplo.

Supongamos que el gobierno de una nación democrática pequeña y con muchos funcionarios vislumbra problemas para poder ganar las próximas elecciones. Decide entonces enfrentarse a algunos gastos que superan a sus ingresos. Es decir, decide acometer más gastos de los que puede pagar. Pero no quiere aumentar los impuestos para aumentar los ingresos porque están próximas las elecciones y esas medidas son siempre muy impopulares. Uno de los gastos extras es incrementar el sueldo a los funcionarios en un 10% para ganar su voto. Así que avisa a quien corresponde, se hace el proceso bancario pertinente y las máquinas de la fábrica de moneda comienzan a imprimir los billetes necesarios que terminarán en manos de los funcionarios.

Estos trabajadores se ponen muy alegres porque piensan que realmente se les ha pagado más dinero, del que ya había en circulación. Así que dan por descontado que su poder adquisitivo ha aumentado y se preparan para realizar algunos dispendios extraordinarios que estaban aparcados hacía tiempo por las sucesivas congelaciones salariales. Cuando llegan las elecciones, como es de bien nacidos ser agradecidos, ceden alegremente su voto a quien parece haberles hecho un poco más ricos.

Pasados los meses y las elecciones que dieron la victoria al partido en el gobierno, un funcionario acude a comprar manzanas y descubre que su precio y en general el de toda la fruta ha subido. De hecho hacía tiempo que no subía tanto. ¿Qué ha sucedido? Simplificando para que se entienda, la relación natural entre oferta y demanda ha forzado la subida del precio cuando han aparecido compradores con mayor poder adquisitivo que antes (los funcionarios). Es decir, las manzanas y en general toda la fruta que antes tenía un precio equiparable a su bien material, al aparecer más dinero en circulación, sube de precio no porque valga más sino porque el dinero vale menos. Es decir, en la frutería ha aparecido más liquidez sin tener respaldo en un incremento equivalente de la cantidad de fruta disponible, así que ésta debe subir su valor monetario, pues hemos dicho que el dinero cumple su función cuando hay una correspondencia entre su cuantía y el número de bienes y servicios que representa.

El resultado termina siendo muy curioso. Porque lo que parecía ser un mayor poder de compra para el funcionario ha terminado siendo humo, pues ha subido el precio de las manzanas y de toda la fruta en general, ajustándose su poder adquisitivo actual con el que tenía antes. Pero, por otro lado (y este es la parte más amarga de la historia), todos aquellos que no son funcionarios han experimentado el incremento del valor de la fruta pero en su caso sin disponer de mayor liquidez. Así que sufren una disminución real del poder adquisitivo que les da la fuerza de su trabajo mediante sus nóminas, las plusvalías de su patrimonio o los subsidios y pensiones que cobran.

Es decir, el gobierno ha trasladado con mucha sutileza el coste de la compra de los votos de los funcionarios a los que no lo son. Digamos que les ha hecho pagar un impuesto sin previo aviso y sin que los mismos pagadores se hayan dado cuenta de ello.

Cuando sucede lo del ejemplo en la economía real, aunque el común de las personas no suele llevar una contabilidad doméstica exhaustiva, la gente comienza a descubrir que su poder adquisitivo desciende porque debe pagar más dinero por la misma cantidad de cosas. Así que sospecha que algo está pasando. El estado, que siempre sondea en los abismos, descubre estas preocupaciones y se adelanta desviando la atención mediante dos tácticas muy sibilinas y que siempre funcionan por la desinformación del personal: el concepto 'presión inflacionista' y la manipulación de los índices. En el primer caso se informa a los ciudadanos desde los medios de que hay 'presiones inflacionistas' en determinados sectores de la economía porque aparecen 'chicos malos' que están especulando con los precios al alza. En el caso del ejemplo anterior sería el pobre frutero, que muy al contrario de lo que dice el inicuo gobierno no especula de forma perversa, sino simplemente está protegiendo su negocio de la secreta devaluación monetaria. En el segundo caso, los que detentan el inmenso poder de crear dinero prodigan aún más su perversidad, distorsionando los índices que presuntamente deberían informar al público de la subida real de los precios en los bienes y servicios por la expansión de la masa monetaria. Para ello emplean técnicos expertos en cálculos ajenos a toda evidencia y capaces de imaginarse abstracciones economicistas tan truculentas como los ajustes hedónicos o hedonistas y otras lindezas que ya fueron tratadas en el artículo el mito de la inflación controlada.


Pero ¿qué naturaleza tiene el dinero para que se pueda manipular de este modo? ¿Siempre ha sido así? No podemos responder a esta pregunta sin poner antes en perspectiva el objeto a analizar.

El dinero tiene diferentes formas en función de su convertibilidad o no a bienes tan tangibles como los metales preciosos. Estas son el dinero real, el dinero fiduciario, el dinero fiat y el dinero fiat imaginario.

El dinero real. A través de la historia el dinero real ha sido el oro y la plata. Por razones de conveniencia estos metales fueron amonedados con el sello de la autoridad gobernante que hacía constar la pureza y el peso de la moneda. De hecho acuñar monedas de oro y plata siempre ha sido un acto de soberanía monopolizado por el estado. Y siempre ha sido así hasta que hace unos 300 años comenzaron a aparecer nuevas formas de dinero. El escocés John Law fue uno de los precursores del papel moneda sin respaldo y el artífice de la primera burbuja especulativa de consecuencias dramáticas para la economía francesa. Hoy en día el dinero real sigue existiendo porque responde a las necesidades reales de la naturaleza humana. Sólo que ha caído en desuso por las trabas que los mismos gobiernos han ido estableciendo a su uso.

El dinero fiduciario. En su momento se le llamó así porque no se trataba de monedas de oro o plata, sino de certificados que prometían la entrega de oro o plata al tenedor. Algunos certificados fueron simples constancias de un depósito de oro o plata a favor de un titular. Otros certificados tomaron la forma de 'pagarés' emitidos por alguna compañía bancaria. Eran pagarés sin fecha de vencimiento y 'cobrables' en oro o en plata a la vista y al portador. Se llamó dinero fiduciario por la raíz latina del vocablo 'fido', que significa 'confío'. Es decir, el tenedor del pagaré 'confiaba' que el emisor del pagaré entregaría oro o plata contra la presentación del billete. Hoy en día ya no existe dinero fiduciario en el mundo. Ningún billete representa derecho alguno exigible por su dueño a cargo del emisor del papel moneda.

El dinero fiat. Se llama así al dinero que no promete entrega alguna de oro, plata o cualquier otra cosa al portador del mismo. La palabra 'fiat' significa 'hágase' en latín. Es dinero que existe por decreto y en virtud o abuso de la potestad que tiene concedida el que gobierna y que en consecuencia no tiene más respaldo que esa potestad, pues no promete, insisto, ninguna entrega de algo de valor a su dueño. No obstante esta naturaleza tan anómica del papel moneda, hoy en día es el único dinero que se permite circular a nivel mundial por imperativo legal. Este dinero vale en el comercio porque en el momento de su creación sustituyó a otro dinero que sí tenía valor (dinero real) o prometía valor (dinero fiduciario). Ambos tipos de dinero transmitieron parte de su valor al dinero fiat y el comercio internacional lo admitió en los intercambios comerciales. La fecha de este fausto evento es el 15 de agosto de 1971, cuando el presidente Nixon declaró nula la promesa de redimir (pagar) oro por dólares en poder de los Bancos Centrales del mundo a razón de una onza de oro por cada 35$ presentados para su cobro. El comercio internacional no tuvo más remedio que plegarse a esta exigencia de EEUU por su fortaleza económica y porque el líquido que comenzaba a engrasar toda la economía (el petróleo) pasó a intercambiarse por dólares gracias a los acuerdos entre la dinastía Saud y el gobierno de EEUU. El resto de commodities siguió esta senda por el empuje de la fortaleza del dólar hasta quedar nominado en estos billetes de color verde el resto de las transacciones comerciales internacionales.

El dinero fiat imaginario. Con el dinero fiduciario emitido por los bancos apareció otro tipo de dinero que consistía en un saldo reflejado en una cuenta corriente. Al dejar de existir el dinero fiduciario las cuentas bancarias de depositantes se volvieron cuentas en dinero fiat imaginario. Es decir, el saldo no sólo dejó de ser dinero real convertible a monedas de oro o plata de las que se podía tomar posesión física, sino que también dejó de ser billetes y monedas de dinero fiat físico que se podía llevar al bolsillo. El dinero reflejado en el apunte bancario pasó a ser algo completamente imaginario porque su existencia sólo quedó garantizada por unos dígitos reflejados en la cuenta corriente del titular. A 27 de enero de 2006 existía en la unión europea la cantidad de 530 billones de euros en billetes y monedas de dinero fiat. Pero al mismo tiempo existía la cantidad totalmente imaginaria de 2.903 billones en saldos bancarios a favor de depositantes. La suma de las dos cantidades constituye el M1 o 'circulante monetario', es decir 3.433 billones de euros. Pasándolo a porcentaje tenemos que el 84,56% del dinero que usamos los europeos sólo existe en nuestra imaginación colectiva porque es dinero fiat imaginario que sólo existe apuntado en transacciones bancarias.



Bien, hemos dicho antes que el patrón oro se dejó pero traspasó parte de su valor al dinero fiat. La pregunta que cabe hacerse ahora es ¿cuánto del dinero fiat está respaldado en oro hoy en día? Pues hemos dicho que si algo de valor conservó este dinero fue gracias al que absorbió del dinero real. Con fecha 27 de enero de 2006 el banco central europeo informa que en los bancos centrales hay depositados 164 billones de euros en oro y derechos en oro. No entraremos a considerar ahora en qué consisten esos 'derechos en oro', pues en algún artículo posterior los analizaremos e indagaremos qué son en realidad. Así que dando por hecho que es oro todo lo que reluce en las cuentas oficiales, resulta que sólo un 4,77% del M1 está respaldado en el metal precioso. Para entendernos mejor, de todo el dinero fiat sólo hay un 4,77% de dinero real. Y esto que no estamos convirtiendo el oro a 35$ la onza como en 1971, sino a más de 550$. Pondremos un par de ejemplos próximos al lector para acercarle a sus propias carnes el fraude del dinero fiat. Un piso valorado en 40 millones de pesetas en dinero fiat, si lo convirtiéramos a dinero real valdría 1,9 millones. Un salario neto de 1.200 euros en dinero fiat convertido a dinero real equivale a 57,24 euros. Creo que con estos dos ejemplos se entiende con facilidad eso de que el dinero fiat 'absorbió' sólo parte del valor del dinero real.

Alguno podría pensar que está loco el que estas líneas escribe porque las cosas ya no funcionan así y esto son meras elucubraciones de alguien con ganas de meter miedo a la gente. Pero lo cierto es que hoy vivimos en una situación confusa que pocos intelectuales han entendido en toda su profundidad. La economía mundial está controlada por los estados gracias a que la propiedad más tangible de todo individuo (el dinero) es creada, suministrada y controlada exclusivamente por ellos. Ni Marx llegó a imaginar un control tan férreo y efectivo sobre la propiedad como el dinero fiat actual, por la sencilla razón de que en su tiempo el dinero era oro y plata, monedas libres de manipulación por decreto gubernamental.

Se debe advertir en consecuencia que el estado es el verdadero propietario del dinero fiat porque puede vulnerar el derecho a la propiedad privada cuando desee, inflacionando la economía o devaluando la moneda sin realizar compensación alguna en bienes a los súbditos que evidentemente quedan perjudicados. El motivo principal es que detenta el monopolio de la impresión del papel moneda y acapara la determinación de su valor real. Esto suena aterrador, aunque así es en realidad. El sistema monetario internacional ha concentrado el poder en pocas manos, como nunca antes se había producido en toda la historia de la humanidad. Alan Greenspan decía tres palabras y seis mil millones de habitantes temblaban. Prácticamente no hay ser humano que pueda escapar al gobierno de la Reserva Federal. Si Bernanke se equivoca presionado por la belicosa administración Bush, puede caernos encima la devaluación monetaria más drástica y perversa de toda la historia del dinero, subiendo las tasas de interés a niveles estratosféricos y provocando quiebras de empresas suficientes como para hacer crecer el desempleo a niveles nunca vistos desde que el hombre fue expulsado del paraíso y necesitó ganarse el pan con el sudor de su frente. Evidentemente, los proyectos económicos a nivel individual y familiar se derrumbarían uno tras otro.

Las expectativas personales de progreso de todo individuo están finalmente en sus manos. Este poder concentrado, absolutista, es posible gracias a la existencia del siguiente postulado moderno: "Yo determino cuánto vale el dinero". Nunca Ciro de Persia, Alejandro Magno, Julio César o Napoleón pudieron determinar cuánto valía el dinero de sus súbditos. ¡Jamás tuvieron tal poder! Hoy ya no es así, pero paradójicamente gracias a ello se ha podido expandir la economía mundial y generar una riqueza monetaria sobre el sustrato energético del petróleo de dimensiones tan descomunales que ninguno de los personajes mencionados pudo nunca ambicionar en el más grandioso de sus sueños de poder.



Pero hemos dicho antes que la masa monetaria se podía expandir siempre y cuando hubiera parejo un aumento en la riqueza real de bienes materiales. Y desde que se suprimió el patrón oro ha aumentado sin parangón el dinero en circulación. ¿Se ha expandido en paralelo la riqueza material? Si. ¿También sin parangón? En efecto. ¿Y cómo ha sido eso? Introduciendo los combustibles fósiles en el sistema económico. La tecnología en sus más diversas manifestaciones ha permitido incorporar un aporte energético al sistema económico/productivo que ha multiplicado la cuantía y el valor de los bienes de consumo hasta emparejarlo con la masa monetaria circulante. Por poner un ejemplo burdo, es fácil entender que vale más una lechuga que se puede desplazar 5.000 Km a otra que sólo sirve para hacer un abastecimiento autárquico. O dicho de otro modo, una empresa que venda lechugas como la primera obtendrá mucha más financiación bancaria que el hortelano del segundo caso porque su 'posible' mercado es más 'global'. Y en consecuencia su empresa valdrá más, mucho más, tanto que hasta podría cotizar en bolsa sólo por vender muchas lechugas en los 5 continentes. Aún más claro. No se producen las mismas lechugas en multitud de huertas dispersas cultivadas a mano por muchos labradores con escasa materia orgánica como abono y regadas con calderetas, que en una única parcela muy grande abonada con petroquímica, regada por goteo bombeado y trabajada con un único operario muy mecanizado.

En consecuencia, no es muy difícil entender que el pacto entre la dinastía de los Saud y el gobierno americano que parió el sistema monetario fiat fue mucho más que un acuerdo entre 'caballeros'. Fue la piedra angular que obró el milagro y ganó para la democracia mundial esa multiplicación energética de los panes y los peces. Evidentemente, al emparejarse el dólar al petróleo se ligó de forma irreversible esa moneda al multiplicador energético y en consecuencia el dominio de los mercados internacionales fue automático una vez los verdes dominaron las transacciones comerciales mundiales. De ahí que hayamos dicho que la Reserva Federal 'controle' el destino de todo el mundo, porque controla el valor de la moneda-energía. Es decir, del petrodólar. O por decirlo aún con más fuerza, de lo que hoy permite sostener la soberanía de todas las naciones porque es el fundamento de la paridad que existe entre la masa monetaria y la riqueza material de cada estado. No es extraño entonces que el dólar haya terminado siendo finalmente el respaldo de todo el sistema bancario mundial, pues todos los bancos centrales deben comprar dólares primero que hagan de garantes para poder emitir a continuación moneda nacional.

Pero las cosas funcionan la mar de bien desde hace ya 35 años, podría objetar algún escéptico, por lo que no deberíamos preocuparnos mucho de estas historietas de terror. Sí, es cierto. Podría ser. Pero se vislumbran suficientes peligros en un horizonte no muy lejano como para estar muy, pero que muy preocupados.

Marcos Martínez para CE.
Se permite la copia y distribución en cualquier formato citando al autor y a Crisis Energética directamente o mediante un hipervínculo a esta página.

EL Pentagono omnia terra

El planeta Pentágono
Recientemente, el Wall Street Journal informó sobre una propuesta presentada por el Secretario de Defensa Robert Gates para reducir la cantidad de soldados estadounidenses en Iraq, a cambio del apoyo de ambos partidos en el Congreso para la ocupación a largo plazo (entiéndase más o menos permanente) de ese país. Los soldados han de mantenerse en “grandes bases militares alejadas de las ciudades más importantes de Iraq”. Resulta curioso que este plan se parezca tanto al revelado por Thom Shanker y Eric Schmitt en el New York Times el 19 de abril de 2003, mientras las tropas estadounidenses se preparaban para entrar a Bagdad. El artículo se titulaba “Pentagon Expects Long-Term Access to Four Key Bases in Iraq” (El Pentágono pretende tener acceso a largo plazo a cuatro bases militares clave de Iraq), y exponía un plan de los Estados Unidos para establecer:

una relación militar a largo plazo con el naciente gobierno de Iraq, que le permita al Pentágono el acceso a… quizás cuatro bases militares en Iraq que pudieran utilizarse en el futuro: una en el aeropuerto internacional que se encuentra en las afueras de Bagdad; otra en Tallil, cerca de Nasiriya, en el sur; otra en una pista de aterrizaje aislada conocida como H-1, que está en el desierto occidental, a lo largo del antiguo oleoducto que va hasta Jordania y la última en el aeródromo de Bashur, en el norte kurdo.

Poco después, el entonces secretario de Defensa Donald Rumsfeld negó tales planes cuando dijo: “Hasta donde recuerdo, nunca he oído hablar sobre la tenencia de una base permanente en Iraq en ninguna reunión…”. Así, mientras se construían las bases, el asunto desapareció en gran medida de los principales medios informativos.

Sin embargo, aunque se incluyan las modernas Balad Air Base y Camp Victory, que tienen muchos kilómetros cuadrados de extensión y un costo de varios miles de millones de dólares, las bases que menciona Gates en su nuevo plan significarán tanto como una gota de agua en el mar para una organización que bien pudiera ser el mayor hacendado del mundo. Durante muchos años, las fuerzas armadas estadounidenses han absorbido grandes extensiones de tierra en el planeta y grandes cantidades de casi todo lo que hay en él. Teniendo en cuenta los más recientes planes del Pentágono con relación a Iraq, demos un recorrido rápido por nuestro planeta Pentágono.

La ocupación del planeta
En el año 2003, la revista Forbes informó que Ted Turner, el magnate de los medios de difusión, era el mayor hacendado de los Estados Unidos: poseía entonces unos 0,7 millones de hectáreas en todo el país. Según informara Forbes, los diez mayores hacendados estadounidenses “poseen 4,3 millones de hectáreas o una por cada 87,6 hectáreas del país”. Por muy impresionante que haya sido esta cifra, el Pentágono, con sus más de 11,7 millones de hectáreas de propiedades en los Estados Unidos, hace que Turner y el resto de la manada de grandes hacendados sientan vergüenza. En el extranjero, el Pentágono también deja “huellas” de gigante. Por ejemplo, el Departamento de Defensa controla el 20 por ciento de la isla japonesa de Okinawa y, según el diario Stars and Stripes, “es propietario de aproximadamente el 25 por ciento de Guam”. No obstante, la mera posesión de tierras es solo la punta del iceberg.

En su libro The Sorrows of Empire (Las penas que causa el Imperio), publicado en el año 2004, Chalmers Johnson alertó al mundo sobre la dimensión de la “huella” del Pentágono a escala mundial cuando señaló que el Departamento de Defensa tenía cerca de 255 mil empleados militares en 725 bases de 38 países. Desde entonces, la cifra total de bases en el extranjero se ha incrementado al menos hasta 766 y, según un informe del Servicio de Investigación del Congreso, dicha cifra realmente puede ser de hasta 850. Así y todo, estas cifras no encierran siquiera el comienzo de la expansión mundial de esta organización que con total desenfado se autodenomina como “uno de los mayores ‘hacendados’ del mundo”.
A juzgar por las estadísticas del año 2006, la “cartera de propiedades” del Departamento de Defensa incluye en total 3 731 terrenos. Más del 20 por ciento de ellos están ubicados en más de 287 mil hectáreas fuera de los Estados Unidos y sus territorios. De hecho, incluso estas altas cifras están muy por debajo de las reales. Por ejemplo, un informe del Pentágono publicado en 2005 listaba las instalaciones militares estadounidenses desde Antigua y Hong Kong hasta Kenya y Perú, pero no mencionaba en absoluto ciertos países, como Afganistán e Iraq, donde hay un número considerable de bases militares estadounidenses.

En Iraq solamente, a mediados de 2005, se ubicaron tropas estadounidenses en unas 106 bases, desde la inmensa Camp Victory, cuartel general de las tropas estadounidenses, hasta pequeños puestos de avanzada situados en el interior del país que tienen capacidad para 500 soldados. La lista del Pentágono no incluía ninguna de estas instalaciones ni mencionaba las bases en Jordania, que tampoco estuvieron en los informes correspondientes al período 2001-2005. Sin embargo, como ha señalado el analista militar William Arkin, esa nación permitió el acuartelamiento de 5 mil soldados estadounidenses en varias bases de todo el país durante el incremento de las tropas que participan en la guerra en Iraq. Por otra parte, unas 76 naciones han autorizado el acceso de las fuerzas armadas estadounidenses a aeropuertos y aeródromos; además de quién sabe cuántas otras que el Pentágono olvidó mencionar o a las cuales no considera adecuado incluir en su lista.

Sin contar a Jordania, Iraq, Afganistán y otras más de 20 naciones que, según dijera Arkin a inicios de 2004, “ofrecían bases militares y otras instalaciones secreta o discretamente”, las estadísticas de que se dispone permiten conocer las interioridades de una organización presuntuosa que pretende obtener franquicias en todo el planeta. Según documentos que datan de 2005, el Pentágono reconoce tener al menos una base militar en 39 países, tiene personal ubicado en más de 140 países de todo el mundo y se vanagloria de tener una infraestructura física de al menos 571 900 instalaciones. No obstante, algunas estadísticas del propio Pentágono revelan la existencia de 587 mil “edificios y otras construcciones”, de los cuales 466 599 están en los Estados Unidos o en sus territorios. De hecho, el Departamento de Defensa posee o arrienda más del 75 por ciento de los edificios federales de los Estados Unidos.

Las estadísticas de 2006 muestran que el Ejército controla la mayor parte de las propiedades del Departamento de Defensa (52%); le sigue la Fuerza Aérea (33%). El Cuerpo de Infantería de Marina (8%) y la Armada (7%) ocupan los últimos lugares. El Ejército también lleva la delantera en la cantidad total de terrenos (1 742) e instalaciones militares (1 659). Sin embargo, en el caso de las “grandes instalaciones militares”, esas cuyo valor sobrepasa los 1 584 millones de dólares, la Fuerza Aérea supera al Ejército con sus 43 enormes bases militares. El Ejército tiene 39, mientras que la Armada y el Cuerpo de Infantería de Marina poseen solo 29 y 10 respectivamente. No obstante, la carencia de grandes bases navales propias que tiene la Armada se compensa sobremanera con las bases y los puertos extranjeros que utiliza en calidad de préstamo: unos 251 en todo el mundo.

Diversificación
El Departamento de Defensa no solo posee terrenos y grandes instalaciones militares. Hasta hace relativamente poco la Armada estadounidense tenía su propia granja lechera, con rebaño de Holsteins incluido. Aunque se deshizo de las vacas en 1998, mantuvo la granja, que tiene una extensión de 349 hectáreas y está en Gambrills, Maryland. Ahora se la alquila a la compañía de productos lácteos Horizon Organic Dairy.

El Ejército, aunque no tiene granja lechera, todavía tiene caballerizas como las John C. McKinney Memorial Stables, donde viven muchos de los 44 caballos que forman parte de la Caisson Platoon, sección ceremonial del Tercer Regimiento de Infantería de los Estados Unidos. También tiene una finca grande (la Large Animal Research Facility [Gran Instalación para la Investigación en Animales]). En realidad, el Pentágono posee cientos de miles de animales, desde ratones y perros hasta monos. En el año 2001 solamente, el Departamento de Defensa utilizó 330 149 animales para varios tipos de experimentos, además de un número desconocido de animales que se usaron para “otros fines”, acerca de los cuales no se explicó nada.

Por otra parte, también está la gran cantidad de equipamiento con que cuenta el Departamento de Defensa. Por ejemplo, increíblemente es el dueño de “más de 2 050 automotores que se conocen como la Defense Freight Rail Interchange Fleet (Flota del Departamento de Defensa para el intercambio de mercancía por ferrocarril)”. Según informes, el Departamento de Defensa también despacha 100 mil contenedores anualmente por vía marítima y gasta 800 millones de dólares en cargas nacionales, fundamentalmente en envíos por carretera y ferrocarril. En cuanto a los camiones, solamente el Ejército tiene una flota de 12 700 camiones tácticos pesados de gran movilidad (vehículos enormes de ocho ruedas que se utilizan para la provisión de municiones, petróleo, aceites y lubricantes a otros vehículos de combate y sistemas de armas en el campo de batalla) y 120 mil Humvees. Según un informe realizado por el Pentágono en el año 2006, el Departamento de Defensa tenía un total de al menos “280 embarcaciones, 14 mil aeronaves, 900 misiles estratégicos y 330 mil vehículos tácticos y de combate terrestre”.

La Agencia de Logística para la Defensa (DLA, sigla en inglés) —la más grande de las agencias que apoyan al Departamento de Defensa en situaciones de guerra: opera en 48 de los 50 estados del país, así como en 28 países extranjeros— se jacta de que: “Si las fuerzas estadounidenses se alimentan, se visten, mantienen su equipamiento en buen estado o tienen combustible… es probablemente gracias a la provisión de la DLA”. De hecho, la DLA afirma que “administra” unos 5,2 millones de artículos y mantiene un inventario valorado en 94 100 millones de dólares en sus Defense Distribution Depots (depósitos para la distribución de material de guerra, que existen desde Italia hasta Japón y desde Corea hasta Kuwait).
La DLA dirige el Centro Nacional de Provisiones para la Defensa (DNSC, sigla en inglés), que almacena en 20 locales de todo el país 42 “materiales estratégicos e indispensables”: desde zinc, plomo, cobalto, cromo y mercurio (del que se utilizaron más de 9,7 millones de libras en 2005) hasta metales preciosos como el platino, el paladio e, incluso, diamantes industriales. El DNSC, que cuenta con una provisión valorada en más de 1 500 millones de dólares y que ha vendido 5 700 millones de dólares de mercancías excedentes desde 1993, sostiene que “no existe otra compañía privada en todo el mundo que venda esta amplia gama de productos y materiales”.

El Departamento de Defensa reconoce tener en total “más de 1 000 billones de dólares en activo y 1 600 billones de dólares en pasivo”. Sin dudas, este estimado está muy por debajo de las cifras reales, dada la tendencia histórica del Departamento de Defensa a incurrir en errores de contabilidad y dado que, según un estudio realizado por el propio inspector general del Departamento, este no puede dar cuenta ni siquiera de los 1 000 billones de dólares —si no más—, que ha gastado. Según Donald Rumsfeld, ex secretario de Defensa, quizás sean hasta 2 300 billones. Amañar los libros de contabilidad y ocultar dinero en efectivo son acciones bastante normales para una organización estadounidense —de la época de Enron— que no solo se considera como una agencia gubernamental, sino, en sus propias palabras, como “la compañía más antigua, más grande, más laboriosa y más exitosa de los Estados Unidos”. Incluso, el Departamento de Defensa señala en su sitio web que supera sin dificultad, en cuanto a presupuesto y personal, a las compañías Wal-Mart, Exxon-Mobil y General Motors.

Tiene al mundo en sus manos
El Pentágono, además de acumular una sorprendente cantidad de activos, desde tungsteno hasta tubas (solo en 2005 gastó más de 6 millones de dólares en partituras, instrumentos y accesorios musicales), posee un gran número de viviendas: 300 mil en todo el mundo. También reconoce ser propietario por excelencia de viviendas deterioradas: tiene en su inventario “180 mil viviendas familiares en mal estado”. Según la Oficina del Subsecretario Adjunto de Defensa (Instalaciones militares y Medio ambiente):

Aproximadamente el 33 por ciento de las familias [militares] viven en las bases, en viviendas que frecuentemente están deterioradas, son demasiado pequeñas y carecen de instalaciones modernas. Casi el 49 por ciento de las viviendas (es decir, 83 mil) no cumple con los requisitos de habitabilidad.

En cambio el Pentágono, sede del Departamento de Defensa, es más grande que el palacio Istana Nurul Iman del Sultán de Brunei, la residencia privada más grande del mundo: el Pentágono tiene 344 638,749 metros cuadrados de superficie ocupable, y el palacio Istana Nurul Iman, 200 208, 726. Al Departamento de Defensa le gusta vanagloriarse de que el Pentágono es “prácticamente una ciudad”, pues tiene unos 48,2 kilómetros de autopistas de acceso y 80,8 hectáreas de césped. Tiene además un patio central de dos hectáreas, unos 28 kilómetros de pasillos, 16 estacionamientos (con un estimado de 8 770 espacios para aparcar), siete merenderos, dos cafeterías, un comedor, un correo, “una cooperativa de crédito, una agencia de viajes, consultorios de odontología, oficinas de venta de pasajes, un centro de donación de sangre, una oficina de orientación para cambios de domicilio y otros 30 establecimientos de venta al por menor y prestación de servicios”, una capilla, un helipuerto y varias bibliotecas. Además, según el Departamento de Defensa, el Pentágono consumió gran parte de su ambiente natural: se dice que el concreto con que se construyó contiene “680 mil toneladas de arena y grava provenientes del río Potomac, que se encuentra en las cercanías”.

En términos de valor, el resto de las propiedades del Pentágono son igual de sorprendentes. La suma del valor de las dos casas más caras del mundo —“Updown Court”, en Windlesham, Surrey, Reino Unido, que tiene 103 habitaciones y está valorada en 138 millones de dólares y la residencia de invierno que tiene el príncipe saudí Bandar bin Sultan en Aspen, valorada en 135 millones de dólares— ni siquiera se acerca al precio del Aeródromo Auxiliar Ascension, situado en una pequeña isla cercana a las costas de Santa Elena (donde Napoleón Bonaparte se exilió y más tarde murió). El valor de reposición estimado de dicho aeródromo es superior a los 337 millones de dólares. Entre otras instalaciones costosas se encuentran Camp Ederle, en Italia, valorada en 544 millones de dólares; la base aérea de Incirlik, Turquía, valorada en casi 1 200 millones de dólares y la base aérea de Thule, en Groenlandia, valorada en 2 800 millones de dólares; mientras que la estación aeronaval estadounidense en Keflavik, Islandia, está tasada en 3 400 millones de dólares y el conjunto de instalaciones militares en Guam está valorado en más de 11 mil millones.

No obstante, para comenzar a comprender la gran presencia del Pentágono en todo el mundo, convendría volver a analizar la extensión de sus propiedades: 120 191 kilómetros cuadrados en total, casi el tamaño de Corea del Norte (cuya superficie es de 120 538 kilómetros cuadrados). Las propiedades del Pentágono exceden las de cualquiera de los siguientes países: Liberia, Bulgaria, Guatemala, Corea del Sur, Hungría, Portugal, Jordania, Kuwait, Israel, Dinamarca, Georgia o Austria. Los 7 518 kilómetros cuadrados de 20 miniestados —el Vaticano, Mónaco, Nauru, Tuvalu, San Marino, Liechtenstein, Saint Kitts y Nevis, las Maldivas, Malta, San Vicente y las Granadinas, Barbados, Antigua y Barbuda, Seychelles, Andorra, Bahrein, Santa Lucía, Singapur, Micronesia, Kiribati y Tonga— palidecen ante los 9 307 kilómetros cuadrados de una sola base militar: White Sands Missile Range.

¿Disminución del control?
Aunque ha establecido cientos de bases militares en el mundo entero para apoyar guerras en curso, el Pentágono también ha reestructurado sus fuerzas en un intento de reducir la cantidad de soldados en las antiguas grandes bases que datan de la Guerra Fría, y de cerrar las instalaciones menos útiles desde el punto de vista estratégico. ¿Significa esto que el Pentágono tendrá menos control sobre el mundo?

No estemos tan seguros. En realidad, las fuerzas armadas de los Estados Unidos están explorando más que nunca posibilidades de dominar al mundo a largo plazo. Hasta el momento, el Departamento de Defensa solo ha mantenido una presencia inconstante en alta mar. Es posible que eso cambie. Ahora el Pentágono evalúa la posibilidad de tener “bases marítimas” en el futuro, y ya tiene planes al respecto. No será solo un barco, una flota o “material emplazado con anterioridad” lo que estará estacionado en los mares del mundo; las bases marítimas serán “un sistema de sistemas híbrido compuesto por operaciones, embarcaciones, fuerzas, armas ofensivas y defensivas, aeronaves, sistemas de comunicaciones y logística”. La idea de crear tales bases es cada vez más popular dentro de las fuerzas armadas, puesto que “facilitarán el acceso a territorios donde las fuerzas armadas estadounidenses no sean autorizadas a entrar para apoyar las instalaciones [terrestres]”. En definitiva, como señaló un informe de la Junta de Ciencias de la Defensa, “las bases marítimas son soberanas y no están sujetas a los caprichos de las alianzas”. Imagínense un futuro en el que las personas de los países que desaprueban las políticas estadounidenses de repente vean “enormes plataformas navales” flotando en las inmediaciones de sus aguas territoriales.

Para el Departamento de Defensa, que tiene una cartera de propiedades que incluye la tierra y el mar, el cielo sería, en términos bastante literales, el límite. Según Noah Shachtman, editor del blog “Danger Room”, de la revista Wire, el “Plan de Vuelos de Transformación de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos” del año 2004 esbozó lo que “los analistas llaman la imagen más detallada desde el fin de la Guerra Fría de los esfuerzos del Pentágono por convertir el espacio exterior en un campo de batalla… el informe hace del dominio estadounidense sobre los cielos una de las primeras prioridades del Pentágono en el nuevo siglo”. Como plantea la declaración de la política de las fuerzas armadas estadounidenses con relación al espacio exterior: “La libertad de acción en el espacio exterior es tan importante para los Estados Unidos como el dominio del mar y del espacio aéreo”.

Cuando se está concentrado en controlar totalmente un planeta, la idea de ocupar Iraq —país que es aproximadamente del tamaño del estado de California— durante los próximos diez o cincuenta años debe parecer insignificante. Sin embargo, en la práctica, el dueño del mundo, que reside a orillas del río Potomac, realmente ha tenido que pagar un alto precio por las propiedades que tiene en Iraq. Como todos ahora saben, bandas de guerrilleros no muy numerosas que carecen de poderío aéreo y marítimo y de satélites espías espaciales de alta tecnología lo han combatido allí hasta paralizarlo. El Pentágono puede ser el propietario de inmensas porciones del planeta, pero desde Vietnam hasta Laos y desde Beirut hasta Somalia, las fuerzas estadounidenses también han sido desalojadas, por los residentes de los vecindarios, de propiedades que estaban prestas a considerar suyas. La pregunta sigue siendo la misma: ¿Iraq se añadirá a la lista de territorios ocupados permanentemente y se asemejará a Corea del Sur —que ha estado ocupada durante mucho tiempo—, como han instado el presidente Bush y Gates, el Secretario de Defensa? ¿O se añadirá a la creciente lista de países que se han negado a pagar la renta en el planeta Pentágono?

Nick Turse

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